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El ciberdelito en el mundo moderno, en el que lo digital es lo primero, se ha convertido en un problema insidioso para las personas y las empresas. Desde el phishing y la vulneración del correo electrónico empresarial (BEC) hasta el ransomware y el robo de identidad, existen muchas vías entre las que los delincuentes pueden elegir para llevar a cabo sus agendas maliciosas. Antes de profundizar en las mejores prácticas para defenderse del ciberdelito, primero comprendamos qué es el ciberdelito, identificando los diferentes tipos de ciberdelito y cómo se utiliza contra personas y organizaciones en la actualidad.
El ciberdelito se refiere a actividades delictivas que utilizan computadoras, redes y tecnologías digitales para cometer actos ilícitos o explotar vulnerabilidades para diversos fines. Este tipo de actividad delictiva, realizada por piratas informáticos anónimos, puede tener como objetivo individuos, organizaciones o un gobierno. Pueden verse afectados por diversas acciones maliciosas cometidas en el ámbito digital.
El ciberdelito está impulsado por diversas motivaciones que van desde el beneficio económico y el robo de identidad hasta el hacktivismo y actividades patrocinadas por el Estado. El atractivo de las ganancias monetarias a menudo lleva a los malos actores a participar en actividades como fraude, ataques de ransomware y robo de información financiera. Los actores patrocinados por el Estado pueden realizar ciberespionaje para obtener ventajas políticas o estratégicas, mientras que los hacktivistas buscan promover agendas sociales o políticas a través de acciones disruptivas en línea.
Además, la emoción de superar las medidas de seguridad, el robo de propiedad intelectual y los ataques oportunistas contribuyen al panorama multifacético del ciberdelito. A medida que la tecnología continúa avanzando, la lucha contra el delito cibernético sigue siendo un desafío crítico que requiere esfuerzos continuos por parte de las fuerzas del orden, los profesionales de la ciberseguridad, las empresas y los individuos por igual.
Profundicemos y analicemos los distintos tipos de delitos cibernéticos.
Existen principalmente ocho tipos de delitos cibernéticos. Los enumeramos y detallamos cada uno a continuación.
Hackear
La piratería es el acto de un individuo u organización que manipula o explota sistemas informáticos, redes o software para obtener acceso no autorizado. A menudo con la intención de extraer información valiosa, provocar interrupciones o lograr un objetivo específico, que suele ser malicioso. Abarca un espectro de actividades, que van desde el hacking ético, llevado a cabo por profesionales de la seguridad para identificar y corregir vulnerabilidades, hasta el hacking malicioso, en el que individuos o grupos, conocidos como hackers de sombrero negro, explotan las debilidades para beneficio personal, a menudo implicando motivos financieros y robo de datos. o interrupción del sistema.
Además, el hacktivismo representa una forma de piratería impulsada por motivaciones ideológicas o políticas, en la que individuos o grupos aprovechan sus habilidades técnicas para promover una causa o hacer una declaración a través de medios digitales.
Phishing
El phishing explota la vulnerabilidad humana a través de correos electrónicos engañosos, phishing, smishing (phishing por SMS) y vishing (phishing por voz). La ingeniería social juega un papel crucial en la manipulación de personas para que revelen información confidencial. En los últimos años, los ataques de phishing han alcanzado niveles alarmantes. En estos ataques, los ciberdelincuentes envían mensajes engañosos para engañar a los usuarios para que proporcionen información confidencial, como credenciales de inicio de sesión, o para lanzar malware en los sistemas de los usuarios.
Si bien la mayoría de las organizaciones están atentas a los ataques de phishing, algunas aún pasan por alto sus defensas. Esto sucede en parte debido a la falta de conocimiento de los empleados y al uso de sofisticadas técnicas de ingeniería social por parte de los ciberdelincuentes.
Ransomware
El ransomware es un tipo de software malicioso (malware) diseñado para cifrar archivos en la computadora o red de una víctima, haciéndolos inaccesibles. Luego, los perpetradores exigen un rescate, generalmente en criptomonedas, a cambio de proporcionar la clave de descifrado o restaurar el acceso a los datos cifrados.
Esta forma de ciberataque tiene como objetivo extorsionar a personas, empresas u organizaciones explotando su dependencia de los datos digitales. Los ataques de ransomware suelen tener consecuencias graves, provocando pérdidas financieras, interrupciones operativas y daños a la reputación de las víctimas.
Robo de Identidad y Fuga de Credenciales
El robo de identidad se refiere a la adquisición y uso fraudulento de información personal de un individuo, como su nombre, número de seguro social o detalles financieros, con la intención de cometer diversas formas de fraude financiero u obtener acceso no autorizado a recursos. Los ciberdelincuentes utilizan identidades robadas para abrir cuentas fraudulentas, realizar transacciones no autorizadas o participar en otras formas de delitos cibernéticos que pueden tener graves repercusiones financieras y legales para la víctima.
Las fugas de credenciales, por otro lado, implican la exposición o divulgación no autorizada de credenciales de inicio de sesión, incluidos nombres de usuarios y contraseñas, a menudo a través de violaciones de datos o incidentes de piratería. Los ciberdelincuentes pueden aprovechar las credenciales expuestas para obtener acceso no autorizado a cuentas en línea, comprometiendo la seguridad y privacidad de personas u organizaciones. Las fugas de credenciales pueden tener consecuencias de gran alcance, ya que los ciberdelincuentes pueden utilizar las credenciales robadas para el robo de identidad, el acceso no autorizado o más delitos cibernéticos.
Fraude Financiero
En el contexto del delito cibernético, el fraude financiero se refiere a actividades engañosas e ilícitas realizadas con la intención de obtener ganancias financieras a través de canales digitales. Este tipo de delito cibernético abarca una variedad de esquemas fraudulentos realizados a través de Internet, como estafas en línea, fraude con tarjetas de crédito, fraude de inversiones y otras prácticas engañosas. Los ciberdelincuentes suelen emplear técnicas como phishing, ingeniería social y software malicioso para manipular a personas u organizaciones para que proporcionen información financiera confidencial, realicen transferencias de fondos no autorizadas o sean víctimas de estafas financieras.
Cyberbullying
El ciberbullying es una forma de acoso o intimidación que se produce a través de plataformas digitales, como redes sociales, aplicaciones de mensajería o foros en línea. Implica el uso de tecnología para dirigirse a personas con contenido dañino, amenazante o degradante con la intención de causar angustia o daño emocional.
El ciberacoso puede adoptar diversas formas, incluida la difusión de rumores, el envío de mensajes explícitos, el intercambio de información personal sin consentimiento o la creación de perfiles falsos para hacerse pasar por la víctima y acosarla.
El impacto psicológico del ciberacoso en las víctimas puede ser grave y provocar angustia emocional, ansiedad y otros problemas extremos de salud mental. Los esfuerzos para combatir el ciberacoso suelen implicar la promoción de la alfabetización digital, el fomento de un comportamiento responsable en línea y la implementación de medidas para denunciar y abordar el acoso en línea.
Violaciones de Datos
Una violación de datos se refiere al acceso, adquisición o divulgación no autorizados de información sensible y confidencial de una base de datos, sistema informático o red. Durante una filtración de datos, los ciberdelincuentes obtienen acceso a información como datos personales, registros financieros, credenciales de inicio de sesión u otros datos confidenciales sin el conocimiento o consentimiento de las personas o entidades involucradas.
Los motivos detrás de las filtraciones de datos pueden variar, incluido el beneficio económico, el robo de identidad, el espionaje corporativo o el activismo. Las violaciones de datos pueden provocar daños a la reputación de las organizaciones y mayores riesgos de fraude u otros delitos cibernéticos. Las medidas preventivas a menudo implican la implementación de prácticas sólidas de ciberseguridad, cifrado, autenticación multifactor y monitoreo continuo para detectar y mitigar posibles infracciones.
Espionaje Cibernético
El ciberespionaje es el uso de métodos digitales para obtener acceso no autorizado a información confidencial con fines políticos, económicos o militares. En el contexto del delito cibernético, implica la recopilación encubierta y sofisticada de inteligencia o datos propietarios de individuos, organizaciones o gobiernos.
El ciberespionaje puede apuntar a diversos sectores, incluidas agencias gubernamentales, corporaciones o instituciones de investigación, para obtener información clasificada, secretos comerciales y conocimientos estratégicos. Los actores patrocinados por el Estado, las agencias de inteligencia o los grupos cibercriminales pueden participar en ciberespionaje, utilizando técnicas avanzadas como malware, phishing o piratería para infiltrarse y comprometer los sistemas específicos.
Para tomar medidas preventivas contra el panorama en constante evolución del delito cibernético, las personas y las empresas deben adoptar medidas proactivas y mantenerse informados sobre los riesgos potenciales. Considera estas mejores prácticas:
Si bien se pueden tomar muchas medidas de protección, como software, parches, autenticación multifactor y firewalls sólidos, algunas tácticas a menudo se pasan por alto.
Source: ID Agent